viernes, 13 de febrero de 2009

El camino de la pipa de la paz

Era noviembre del pasado año 2008 y se celebraba una fiesta universitaria cualquiera. ¿El motivo? No importa. En estas fiestas el pretexto es lo de menos. Lo importante es divertirse, estar con la gente que quieras, disfrutar del momento.

Uno de los invitados era el típico que llevaba una cámara para sacar fotos a todo el mundo. La fiesta fue avanzando a lo largo de la noche hasta que a un chaval de 23 años se le ocurrió fumar una pipa de marihuana. El de la cámara le sacó una foto. Y la lió parda.

El joven era ni más ni menos que Michael Phelps, ganador de ocho medallas olímpicas en los pasados juegos de 2008. Según le parece a la federación estadounidense de natación, la foto en cuestión "ha decepcionado a demasiadas personas, y especialmente a los cientos de miles de niños miembros de la Federación de Natación de EE UU que le miran como un modelo y un héroe".

Dejando de lado el lamentable espectáculo que está dando ahora Phelps pidiendo disculpas a no se sabe quién, lo que a mi más me asombra es la cuestión del modelo y héroe. ¿Por qué esa necesidad de alzar a las personas en pedestales de gloria y fama? ¿Por qué esa necesidad de tener que establecer un paradigma y un modelo al que seguir?

Parece como si la gente no pudiera seguir su propia vida, marcarse él mismo su camino, sin miedos ni envidias. Creo que debe ser cada uno quien decida lo que quiere hacer con su vida, y no se necesita a nadie que te diga lo que tienes que hacer o dejar de hacer. Uno no debe agarrarse a falsos ídolos ni a imágenes o sombras para hacerse a si mismo.

Cada cual es libre para marcarse su camino, andar por él, abandonarlo o retomarlo, dejarse aconsejar en la justa medida y saber seguir adelante, sin miedo. Porque si decides fijarte únicamente en otro ser humano, al final, fallará. Aunque, a estas alturas, un porro de marihuana no es fallar a nadie.


El hombre nace libre, responsable y sin excusas (Jean -Paul Sarte)

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