miércoles, 20 de mayo de 2009

El reencuentro



En episodios anteriores... "Te recordaré con cariño, lo prometo" (Basado en hechos reales)

Después de tanto tiempo, de tantos meses sin ti, he vuelto a verte. No te esperaba, por supuesto que no te esperaba, y me has despertado, pero ha sido lo mejor de todo el día. Yo no te he encontrado, alguien lo ha hecho por mí y te ha traído hasta mi cama. Ahí te he abrazado y besado (en la mejilla), recordando los buenos tiempos, los grandes momentos.

Me he reído al recordar todo lo que habíamos pasado. Me has contado que seguías soltero, que seguías sin tener hijos y que después de todo lo que te pasó sigues teniendo la tinta en buen estado, aunque, como tú sueles decir, “el tiempo pasa para todos”. También me has preguntado que cómo llevaba eso de escribir con teclas y no hacerlo con tinta. Y aunque siempre te ha fastidiado, amigo mío, se me hace más cómodo hacerlo con las primeras. Si todos escribieran como tú lo haces, otro gallo cantaría…

La historia hasta volver a encontrarnos no ha sido fácil. Resulta que quien te ha traído (hombre que todavía cree en el poder del bolígrafo) estaba contando las horas de la mañana, escuchando la radio. Por la puerta de la habitación donde estaba entrabas tú, cambiado, distinto, como antes.

Estabas con otro, allí, quieto, en el bolsillo de uno de los trabajadores, mirando al mundo con los ojos que me mirabas a mí. No habías cambiado. Y si en mi familia ya casi habían podido olvidarte, no lo habían hecho así con tu cara. Lo nuestro también les afectó a ellos, realmente.

Y al verte, quien aquí te ha traído se ha emocionado y sólo ha pensado en una cosa: te tenía que conseguir como fuera. Al principio, ha pensado poner un talonario en blanco encima de la mesa. Después ha recordado formas de pago alejadas del capitalismo y a la cabeza le ha venido el trueque. Así es como ibas a llegar aquí. De su bolsillo a su mano, un bolígrafo estéticamente más conseguido ha pedido su turno. Gracias a Dios, lo que más cuenta sigue siendo el interior, aunque muchas personas no lo puedan ver: la manera en que trazas las curvas, la forma en la que te mueves. Y el hombre que había dentro de esa camisa con bolsillo ciertamente no sabía apreciarte. Nadie nunca ha sabido hacerlo como yo.

“¿Me lo cambias por el tuyo?” ha sido la frase. Así de sencillo, así de fácil, tan rápido. Y de un bolsillo a otro has saltado, sin decir palabra. Pero, en el fondo, yo sé que nada es fruto del azar. Que habías encontrado la manera de volver a ponerte en contacto conmigo, de volver a encontrarme. Por los buenos tiempos, por los viejos tiempos. Aunque no lo dijeras.

Y entonces, como decía, yo dormía y tú me has despertado al llegar. Después de tanto tiempo, después de tantos bolígrafos, después de tanto andar de flor en flor, echándote de menos, nos hemos reencontrado. Mi firma te echaba de menos, mi dibujo con esa cara tan graciosa que nosotros inventamos te echaba de menos, mis apuntes te echaban de menos, mi mano te echaba de menos. De hecho, no he vuelto a escribir en papel desde entonces.

Y entre mis manos, me has contado todo, tu historia, lo que habías hecho durante todo este tiempo. Y así he conocido un poco más qué tal lo habías llevado: el accidente, las múltiples operaciones, la cirugía estética, el dinero, el proceso hasta volver a ser quien eras y las personas a las que habías conocido cuando yo no estaba, el camino que has recorrido hasta volver aquí.

Y ahora, después de tanto tiempo, me alegro al ver que has superado lo de Berna. Sé que será duro sentarte junto a él, que costará, que no podrás verlo comer cuando esté cerca. Pero estas cosas se pasan y prometo, lo prometo, que nunca más te dejaré en manos de otra persona que no sea yo. Y hasta entonces, sé que Berna y tú podréis volver a ser buenos amigos. Él reconoció su error y se arrepiente. En el fondo, los dos sois buenas personas y podréis arreglarlo.

Y ahora, a pensar en el futuro, en nuestro futuro. Es ahora cuando más te necesito, cuando tengo que devolver vestidos folios en blanco que llegan a mí completamente desnudos. Es ahora cuando tenemos que decir que, a pesar del tiempo y la distancia, de nuestras diferencias y nuestros avatares, seguimos siendo los mismos: aquellos compañeros que desde secundaria fueron inseparables. ¡Por nosotros, por lo que nos queda!

2 comentarios:

Daniel Rivas Pacheco dijo...

El boli mágico, así que ese es tu truco en los exámenes, xD. Espero que también escriba relatos

Nil Ventós Corominas dijo...

Hay quien dice que se va a volver a hacer otro fcom on the stage solo para celebrar el reencuentro!