jueves, 15 de abril de 2010

Sambenito


Cuando la Inquisición llegaba a una ciudad, tras la misa del domingo, el inquisidor leía el “edicto de gracia”, en el que se explicaban las posibles herejías y se animaba a todos los feligreses a acudir a los tribunales para descargar sus conciencias. Las delaciones eran anónimas. El acusado, por tanto, no tenía oportunidad de conocer a sus acusadores. En Vic, también a modo de bando, se puso en marcha el lunes la medida de denunciar ante la Subdelegación del Gobierno a aquellos inmigrantes sin papeles que acudan a empadronarse. Mediante este protocolo, se pretende notificar al Gobierno central el nombre, apellidos y dirección de los inmigrantes irregulares que se empadronen en el municipio. Sin embargo, el alcalde de la localidad, Josep Maria Vila d´Abadal no ha podido emular a Torquemada: tras dos días de funcionamiento de la medida el Gobierno no ha recibido ninguna denuncia.

Vila d´Abadal, eso sí, no cuenta con un arma tan sugestiva para animar a la población como los autos de fe. Quizás si el alcalde organizase ceremonias solemnes en la plaza mayor de Vic en las que se castigase a los herejes impenitentes –perdón, quería decir a los sin papeles- su propuesta recibiría ese espaldarazo definitivo por parte de los habitantes del municipio. En enero, el alcalde de Vic ya intentó impedir que se empadronaran los inmigrantes. De nuevo, el tiro le salió por la culata.

Al igual que el inquisidor general se impuso a los Reyes Católicos en su propuesta para expulsar a los judíos, el alcalde de Vic pensaba que él también estaría por encima de la Constitución. Sin embargo, el Gobierno de la Generalitat subrayó ayer que la nueva norma de Vila d´Abadal es ilegal. Ofelia Tejerina, abogada experta en protección de datos, explicó que “para ceder los datos del padrón debe haber petición previa de otra Administración, una norma así no puede hacerse alegremente”.

El alcalde de la localidad barcelonesa, por mucho que le pese, tendrá por tanto que esperar para que los sin papeles sean “penitenciados” a su manera. Eso sí, no cejará en su empeño. Quizás no tarde mucho en desempolvar el sambenito para ellos o, lo que es más eficaz, en construir una gran galera para aquellos que no tienen documentos y cuyo único pecado es intentar ganarse la vida.


Imagen: Vic (Hugo Pardo)