— A veces eres demasiado infantil.
— ¿Y qué hay de malo en eso?
— Que en ocasiones no eres del todo maduro.
— ¿Maduro? En una relación sólo se toman decisiones maduras al dejarlo. Nadie se besa con madurez.
— Eso es una tontería.
— No lo es. Cuando las manzanas maduran caen a la tierra. Y caen de tan alto que a veces se rompen. Y si nadie las recoge, se pudren.
— Hace unos meses que ya no siento nada por ti. Lo siento.
— Si lo sientes es que todavía sigues sintiendo algo. No me pidas disculpas.
— Sé que te quiero, pero de otra manera.
— De una forma más adulta, ¿quizás?
— Sí. Estoy convencida. Me duele hacerte daño, pero no puedo hacer nada por evitarlo.
— No te pases. No soy tan maduro como para que algo me afecte de manera infantil.
Imagen: CdD
miércoles, 24 de marzo de 2010
Madurez
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3 comentarios:
He leído varios diálogos del blog. Éste el primero, pero sigue siendo el que más me gusta. Veo que, aunque no sean vuestras, citais la fuente de la que tomais prestada las fotos. Ey, buen final...
Hola!!
Gracias por tu comentario.
Tus diálogos me resutan muy simpáticos y agradables; dentro de la cotidianeidad aquello que merece la pensa ser destacado.
Creo que me pasaré a menudo por aquí. :)
Saludos, Aurora.
Muy chula la imagen de las manzanas, chemichez.
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