viernes, 17 de septiembre de 2010

Juana la loca


Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Estábamos en segundo de la ESO. Una etapa anestésica de la vida en la que lo irrelevante se convierte en vital y en la que lo vital se guarda para más adelante. Un curso difícil aquel. "En el que más alborotados estáis", nos solían decir los profesores. Tenían razón, pero no todos. No debes matar de aburrimiento a un chaval y echarle en cara su analfabetismo para conseguir salvarte.

Nuestro profesor de lengua, sin embargo, no era uno de esos. Él consiguió, y espero que lo siga haciendo, que sus alumnos recuerden su nombre cuando ya son mayores. Un día, aquel día, por el que he comenzado este texto, llegó a clase con un radio casette. Por lo general, la llegada de aquel viejo trasto significaba en otras asignaturas un verdadero suplicio. Aquel día, sin decir nada, él nos puso esto.


Después de toda una vida de oficina y disimulo
Después de toda una vida sin poder mover el culo
Después de toda una vida viendo a la gente decente
Burlarse de los que buscan amor a contracorriente
Después de toda una vida en un triste devaneo
Coleccionando miradas en el desván del deseo…
De pronto un día
Pasaste de pensar qué pensarían
Si lo supieran
Tu mujer, tus hijos, tu portera.
Y te fuiste a la calle
Con tacones y bolso y Felipe el Hermoso por el talle.

Desde que te pintas la boca
En vez de Don Juan te llamamos Juana la loca

Después de toda una vida sublimando los instintos
Tomando gato por liebre; negando que eres distinto
Después de toda una vida poniendo diques al mar,
Trabajador intachable, esposo y padre ejemplar.
Después de toda una vida sin poder sacar las plumas
Soñando cuerpos desnudos entre sábanas de espuma…
De pronto un día
Pasaste de pensar qué
pensarían
Si lo supieran
Tu mujer, tus hijos, tu portera
Que en el cine Carretas
Una mano de hombre cada noche busca en tu bragueta.

Desde que te pintas la boca
En vez de Don Juan te llamamos Juana la loca.

Juana La Loca (Joaquín Sabina. Ruleta Rusa, 1984)


Cuando terminó, todos nos miramos. Después, él nos preguntó si habíamos entendido el sentido de la letra. Lo que el cantante quería decir. El significado último de sus palabras. Nos explicó que las canciones siempre tienen un trasfondo. Que intentan decir algo. Y eso es lo que me quedó muy claro aquel día cuando entró Sabina en clase, el cantante privado para mi familia desde hacía ya muchos años en nuestro Seat Málaga Injection.

¿"Desde que te pintas la boca, en vez de Don Juan, te llamamos Juana la Loca"? Aquella letra... Me costó un tiempo caer en la cuenta. Por aquel entonces había temas que desconocía y... la verdad, era un chaval un poco tonto y pasmado.

Cuando al final descubrí lo que el flaco de Úbeda quería decir, rebusqué en todas sus letras, sus discos, me acerqué a Silvio Rodríguez y Los Secretos y... por fin, supe que las canciones podían decir muchas cosas. Y así, es como aprendí lengua y literatura.

Imagen: Juan Ignacios

1 comentarios:

Bernabé Sánchez dijo...

Un día bastante apropiado para hablar del Flaco. El canalla se pegó un buen hostión y ha cancelado su concierto en Valencia...Ahora, más que nunca, es el pirata cojo...

Buena entrada. Ya sabes mi debilidad por el poeta urbano más importante de España.