— Hay que ver cómo se puso cuando le dije que no tenía personalidad.
— ¿Y ella qué te dijo?
— Que no la conocía enfadada. Eso es lo que dicen todas. ¿Cómo voy a conocerla enfadada si hacía 5 minutos que la había conocido?
— ¿Pero se enfadó?
— Ya lo creo. Me dijo que ni las ratas querrían acostarse conmigo.
— ¿Pero quién iba a querer acostarse con una rata?
— Eso es lo que yo le dije. "¿Para qué quiero acostarme yo con una rata? No lo entiendo".
— ¿Entonces? Sigue.
— El caso es que la tipa se ponía cada vez más y más nerviosa. Y todo eso lo había conseguido yo solo. Así que le dije que me iba, y me fui.
— ¿Así sin más?
— Sí, así sin más.
— ¿Entonces cómo conseguiste acostarte con ella?
— Porque justo cuando me iba me agarró del brazo y me dijo, atento a esto, que "no era tan feo".
— ¿En serio?
— Como lo oyes.
— Continúa.
— Yo le dije que no era feo en absoluto. Que simplemente no tuve suerte en el momento de la creación. Nada más. En esta vida todo es cuestión de suerte, ¿no crees?
— Y de estrategia.
— Y de estrategia, claro. Pero bueno, supongo que la mala suerte de ser un tipo corriente también te convierte en un tipo especial. Creo que aquel rollo de las ratas le resultó gracioso...
— Eres mi ídolo.
— Lo sé. El caso es que después salimos fuera y... bueno, el resto ya lo conoces.
— Ya lo creo, menudas marcas. Échate alcohol.
— ¿Alcohol en los arañazos?
— Sí.
— Eso tiene que doler, tío... Menuda resaca.
Imagen: Filmeweb
lunes, 3 de mayo de 2010
Ratas
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1 comentarios:
no tuve suerte en el momento de la creación!!jajaj qué grande!
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