miércoles, 17 de febrero de 2010

Dos por uno



— Mira esa chica.

— ¿Cuál?

— Esa de allí.

— ¿Qué le pasa?

— Es guapísima.

— No está mal.

— Se parece a tu novia.

— ¿Qué?

— Se le da un aire.

— Si tú lo dices…

— ¿Puedo ir a hablarle?

— ¿Que si puedes?

— Sí.

— ¿Por qué me pides permiso?

— No sé. Ya sabes, se parece a tu novia.

— Puedes ir si te apetece.

— ¿Seguro que no te molesta? Quiero decir, es tu novia.

— No, no es mi novia.

— Pero como si lo fuera.

— ¿Como si lo fuera?

— Sí. Ya sabes… ¿cuál es la diferencia?

— Que no es mi novia.

— ¿Entonces, puedo ir a hablarle?

— Claro.

— ¿Seguro?

— Joder, ahora ya no lo sé. ¿Es que te gusta mi novia?

— Nunca me lo he planteado. Ya sabes, es tu novia.

— Pero si pudieras besarla la besarías, ¿verdad?

— No, hombre. Yo creo que cada persona es diferente.

— Acabas de decir que sería como besarla.

— Ya lo sé, pero…

— Cállate, aquí viene.

— …

— ¿Sandra? No te había reconocido. ¿Qué tal cariño?



Imagen: PTGreg

4 comentarios:

Sergio Rodríguez Viñas dijo...

Me ha sacado una carcajada. Grande Txemi!

El orejas dijo...

basado en hechos semireales (o algo así)

He hecho una mueca

Daniel Rivas Pacheco dijo...

¡Qué maja esa Sandra!

Grande, Txemi

Anónimo dijo...

Gracias a todos. Yo también os amo y os quiero.