Date la vuelta y míralos a todos. ¿Ves? Están ahí, te estaban esperando. Hacía tiempo que te echaban de menos. Tus desastres y tus miedos. Todo lo que les llevó a llamarte aquella anoche. Lo que de repente un día se les vino a la cabeza cuando preguntaron por ti. Tus apellidos y tu nombre. Tu sonrisa y esa cara de felicidad. Da igual, en su casa no hace falta llevar zapatillas. ¿Una cuerda, un salvavidas, un destornillador? Lo que sea. Porque has vuelto. Has vuelto al mundo. Bienvenido. Bienvenido de nuevo. Te echaban de menos.
Imagen: Carlos Bravo
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