Hoy presento mi primera entrada de una serie temática que voy a hacer en este blog. Será sobre librerías de Pamplona.
Me encanta leer. A los libros, además, es de las pocas a las que tengo un especial apego material. Sobre todo si son regalos. Me gusta tener libros, enseñarlos, conservarlos y ordenarlos.
Pero para leer libros es necesario tenerlos. Como quiero que los que disfruto sean míos, me los tengo que comprar (aunque a veces también tiro de biblioteca, que uno es estudiante y no puede ir por ahí como si fuera el Banco de España -aunque ahora con el euro apenas sirva de nada-).
Hay quien va de potes. Yo también claro, que bien dice mi madre que me conozco mejor los bares de Pamplona que el campus, y toda la razón que tiene la mujer. Yo voy, además, de librerías. Aunque no tenga ningún libro que comprar me gusta pasearme por ellas. Uno descubre cosas muy interesantes.
En esta ciudad las hay muchas y de todos tipos (al menos eso me parece a mí, pero ya sabéis, soy de pueblo, o sea que puede ser que me equivoque y en comparación con otras ciudades aquí haya pocas). Las hay temáticas y generalistas, grandes y pequeñas, con libros sólo en castellano o que apuesten por el euskera.
Lo que, ya de ahora lo digo, no hay libros son libros en otra lengua que no sea ni en castellano ni en euskera, te puedes encontrar sorpresas, sí, pero pocas.
No intento hacer ni una guía ni nada parecido, simplemente hablar de algo que me gusta y compartirlo. Aviso también que me niego a hablar de la del Corte Inglés. Aquello no es una librería, sino un sitio donde venden libros. No tiene ni el ambiente, ni el cuidado, ni el amor que se necesita por los libros.
No creo que las conozca todas, pero seguramente, los que me leáis podréis colaborar. Espero compartir con vosotros esta pasión por los libros y que me ayudéis a conocer mejor esta bonita ciudad, la vieja Iruña que nos acoge con generosidad.
Me encanta leer. A los libros, además, es de las pocas a las que tengo un especial apego material. Sobre todo si son regalos. Me gusta tener libros, enseñarlos, conservarlos y ordenarlos.
Pero para leer libros es necesario tenerlos. Como quiero que los que disfruto sean míos, me los tengo que comprar (aunque a veces también tiro de biblioteca, que uno es estudiante y no puede ir por ahí como si fuera el Banco de España -aunque ahora con el euro apenas sirva de nada-).
Hay quien va de potes. Yo también claro, que bien dice mi madre que me conozco mejor los bares de Pamplona que el campus, y toda la razón que tiene la mujer. Yo voy, además, de librerías. Aunque no tenga ningún libro que comprar me gusta pasearme por ellas. Uno descubre cosas muy interesantes.
En esta ciudad las hay muchas y de todos tipos (al menos eso me parece a mí, pero ya sabéis, soy de pueblo, o sea que puede ser que me equivoque y en comparación con otras ciudades aquí haya pocas). Las hay temáticas y generalistas, grandes y pequeñas, con libros sólo en castellano o que apuesten por el euskera.
Lo que, ya de ahora lo digo, no hay libros son libros en otra lengua que no sea ni en castellano ni en euskera, te puedes encontrar sorpresas, sí, pero pocas.
No intento hacer ni una guía ni nada parecido, simplemente hablar de algo que me gusta y compartirlo. Aviso también que me niego a hablar de la del Corte Inglés. Aquello no es una librería, sino un sitio donde venden libros. No tiene ni el ambiente, ni el cuidado, ni el amor que se necesita por los libros.
No creo que las conozca todas, pero seguramente, los que me leáis podréis colaborar. Espero compartir con vosotros esta pasión por los libros y que me ayudéis a conocer mejor esta bonita ciudad, la vieja Iruña que nos acoge con generosidad.
4 comentarios:
Hace poco, en Madrid, estuve en una librería que está en Gran Vía, y era realmente impresionante. Si el libro que querías no estaba ahí es que no existía. Clasificaciones de todo tipo, por género, por orden alfabético, por fechas, por ventas... no pude evitar comprarme "La carretera". Un lugar con más de 2 pisos y estanterías dobles, llenas de escaleras y rinconces. Una pasada. Eso sí, creo que faltaba ese ambiente de librería pequeña y de librero que dices tú.
Amigo Josemi, eso se llama La Casa del Libro. Como hijo de librero que soy me la conozco bien, es la competencia pero también un espejo donde mirarnos, xD.
Nil, comparto todo lo que has dicho. Lo único material que soy casi incapaz de dejar, prestar, es un libro. Soy posesivo con mis libros y con mi biblioteca.
Leí hace tiempo que los nuevos Maestros son los libreros, y yo creo que es cierto
Hombre siendo hijo de librero no vas a decir que los maestros son los bloggers!!jejej
Es verdad lo de la Casa del libro. Hace poco estuve en una de Barcelona también y era gigante, pero pasa eso, es tan grande que lo encuentras todo. A mí me gusta ir por Pamplona e ir haciendo mi biblioteca a partir de recortes de las librerías de por aquí.
Mi padre y tú tenéis la misma opinión respecto al Corte Inglés, pero no te olvides de Carrefur y Capabro. ¡Vaya tela!
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