Hace poco más de un año que José Luis Rodríguez Zapatero ganó por segunda vez las elecciones generales en España y se le confirmó en su cargo de presidente del gobierno. Durante la campaña electoral no había crisis. Pero no tardó en llegar.
Ahora ya llevamos más de un año con ella encima y no sabemos como quitárnosla. Parece como una gripe (clásica, no porcina): podemos atenuar los síntomas pero no curarla, eso ya se pasa con un poco de tiempo y sudor.
De repente han ido saliendo voces críticas por todos lados diciéndonos lo malo que es el capitalismo agresivo y que eso ya se veía venir y no sé cuantas cosas más. Ahora se impone contención y cambiar, solo un poco eso sí, nuestro modo de vida.
Pero, ¿para qué? A los cuatro días de salir de esta crisis la gente ya se habrá olvidado de ella y, peor aún, el gobierno también. El optimismo inundará las calles y volveremos a regalar el dinero hasta a los muertos. ¿Por qué no podemos, de una vez por todas, cambiar de sistema?
Lo que se ha visto es que se han hecho barbaridades para conseguir un bien demasiado preciado por algunos: el dinero. ¿Realmente es tan importante? ¿No podríamos dejarlo de lado y empezar a pensar con la cabeza?
Evidentemente, no tengo la panacea. Lo que tengo son diecinueve años y una madre que está detrás de mi pagándome los gastos (pero sólo los gastos esenciales, el "ocio" me lo pago yo). Así es muy fácil verlo todo desde otra perspectiva. Pero aún con eso, no creo que mi opinión sobre. Otra forma de vida tiene que ser posible. Pero necesita esfuerzo e imaginación: dejar de valorar lo material y empezar a valorar más lo intangible, lo espiritual (tengo una conversación pendiente con uno de mis lectores sobre este tema).
Es demasiado fácil calcular el valor de las cosas por el montón de billetes que cuesta. Pasemos a otro nivel. Otro mundo es posible (lema, por cierto, de Endesa).
jueves, 30 de abril de 2009
"Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de los cielos" (Mc 10, 27)
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7 comentarios:
Lo siento, Nil, pero verte reclamar un sistema nuevo a la sociedad porque éste tiene crisis cada cierto tiempo se me hace como si alguien le pidiera a un arquitecto un edificio que aguante toda la eternidad.
El fallo ha venido precisamente de que no ha sido tan fácil valorar las cosas en dinero.
Haces bien, Nil. Hay que hacer de internet un lugar pacífico.
No creo que haya sido tan grave.
Que discrepe contigo no significa nada personal.
A ver, Don Pablo. El problema no es que discrepes conmigo, sino que solo comentas para discrepar. Parece que lo único que quieres hacer es llevarme la contraria.
PD: Y tampoco creo que tengas nada contra mí. Yo tampoco tengo nada personal en contra de ti.
Sólo ha sido un momento de ira, que a veces es mala consejera.
No lo había visto así, yo comento para añadir algo, un punto de vista o mi opinión cuando no estoy de acuerdo. Cuando estoy de acuerdo, como puede ser con lo de La Vanguardia, no hace falta que te diga nada porque lo que querría decir ya lo has dicho tú. Tampoco voy buscando llevarte la contraria, es que eres el que más escribe, sobre todo temas opinables, y casi siempre opinamos lo contrario.
Siento que te haya molestado. Dije lo de algo personal porque no sabía exactamente qué habías escrito pero intuía que podía ir por ahí. Bueno, por mí no hay ningún problema. Un saludo.
Ya he vuelto a la lectura del blog, Nil. La conversación pendiente sobre el espíritu la tendremos en su momento en el parque de la muerte.
Previo consumo de absenta
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