El mundo es una mierda hermanos. La sociedad occidental es un decadente amasijo de telebasura, macrobotellones subvencionados, médicos farloperos, multimillonarios frustrados amantes del bondage, niñas que dejaron antes el sujetador que el biberón y licenciados en Ciencias de la Comunicación. El fin está cerca. Y luego están los malditos nihilistas. “Nihilists! Fuck me. I mean, say what you like about the tenets of National Socialism, Dude, at least it's an ethos”. En estos tiempos de extrovertida superficialidad y compraventa de compañía, en esta era de alfombras sintéticas y crematorios de lujo, sólo un hombre puede salvarnos. Ese hombre es Lebowski, el tipo que hará frente a los infieles creacionistas y cienciólogos al ritmo de la Creedence. Y es que no ha sido hasta ahora cuando la palabra de The Dude ha sido grabada en un disco duro, por mucho que a lo largo de la historia el Dudeísmo haya tenido una trascendencia clave en el transcurrir del hombre. Tal y como aseguran desde el creíble sitio oficial, el primer profeta fue Lao Tzu, quien a su vez también se sacó de la barba de chivo el taoísmo. Quién sabe si también inventó las Telecasters y el tapping. El caso es que aseguran que se montó en un búfalo y llegó a América en busca de mejores pastos. Lo que no especifican es si cruzaron por el Bering o, por el contrario, abrieron el Pacífico. Si es así, lo de Moisés sería algo realmente patético. Pero no sólo Lao Tzu es un afamado Dudeísta, también otros iconos religiosos como Buda, Snoopy –gran teórico y práctico, acuño una de las grandes preguntas retóricas de esta corriente, aquella que rezaba "My life has no purpose, no direction, no aim, no meaning, and yet I'm happy. I can't figure it out. What am I doing right?"- e, incluso, Jesucristo, quien al parecer se pasó al Dudeísmo al ver que tanto romanos como fariseos “were fucking fascists”, siendo en realidad no era hijo de un ser supremo, sólo un buen tipo. No hay una conexión literal. Todo hasta llegar al Über-Dude, Jeff Lebowski, el individuo que “takes it easy for all us sinners”. Esto podría parecer una tremenda estupidez pero es la tremenda estupidez con más sentido común a la que podáis rendir culto. Y encima es sencilla y reside en el fondo de vuestro acartonado subconsciente.
Los mandamientos, numerosos pero con una caligrafía muy superior a la de Moisés, son de una utilidad que nos guiará para toda nuestra vida, más allá de cualquier alfombra. The Dude nos dice que no confiemos en la gente de aspecto exitoso que quiera contratarnos para resolver turbios trabajillos. Si usted es un pederasta latinoamericano (que no chicano), identifíquese con una religión mayoritaria. Soltad siempre frases hechas que no vengan a cuento de una manera convincente. No aparquéis en una plaza de minusválidos, más aún si lleváis un millón de $ en el maletero. No tener ética a veces es tenerla. Aunque generalmente sea mala. Si vais a tirar un objeto en llamas en una persecución bajad la ventanilla. Tampoco deberíais ir bebidos, aunque bien es cierto que la cerveza os resultará útil para extinguir las llamas del susodicho objeto. ¿Nihilistas? "I fuck you in the ass, I fuck you in the ass, I fuck you, I fuck you, I fuck you, I fuck..." Todos son aplicables a la vida real. Si una millonaria artista vaginal desea acostarse con vosotros, no hagáis preguntas. Y lo más importante, nunca confiéis en un taxista afroamericano que disfrute escuchando a los Eagles. Los carga el Demonio. Si todos los taxistas afroamericanos se fuesen sin pagar del Hotel California y estrellasen su coche contra el Green River toda esta era de decadencia posterior a Vietnam terminaría. "What the fuck does Vietnam have to do with anything! What the fuck were you talking about?". El futuro ya no es lo que era.
La felicidad está a un simple click de distancia aquí. Es gratis, claro.
lunes, 1 de diciembre de 2008
Hermanos, The Dude os salvará
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1 comentarios:
Genial, después de esto la iglesia de Steven Seagal estará al caer.
Bueno la verdad es que la película está muy bien, tiene partes muy buenas como cuando echan las cenizas al mar.
En español a Lebowski le llamaban El Nota jajj.
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