Todo flota,
y a veces se detiene,
para ser nuestro destino.
Pero en otras ocasiones,
nuestro destino,
sigue su propio camino.
Corriendo, llega el fin de tus alientos.
Parando, se te lleva el viento.
Sueñas con un milagro.
Después, con varios.
Tal vez puedas volver a correr.
Tal vez te falte entereza.
Seguramente ambas.
Todo flota,
y a veces se detiene.
Y a veces,
sigue su camino.
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