martes, 3 de marzo de 2009

Papá Estado


Nil hablaba del gran problema de nuestro sistema educativo: la importancia de las buenas memorias en detrimento de las buenas cabezas. También hablaba de la presencia de la cultura del castigo en nuestra educación. Y no le falta razón.

Padres, madres, tíos, abuelos y bisabuelos se empeñan en seguir pensando que la solución al fracaso escolar de sus hijos pasa inevitablemente por el castigo. Un amigo me decía el otro día que seguramente se habría dedicado más en serio a los estudios si sus padres no le hubieran exigido o presionado tanto con sus amenazas, y que eso le llevó a hacer también lo contrario, no estudiar.

De puertas para adentro muchos padres discuten con sus hijos intentando que de una vez por todas se pongan a estudiar. Pero un padre debe saber educar a su hijo, debe hacerle ver que estudiar es necesario para ser una buena persona, para ser alguien más libre, alguien que pueda pensar por sí mismo. El padre no tiene que presionar al hijo, no tiene que amenazarle. Simplemente tiene que hacerle ver, a lo largo de toda su vida, qué cosas van a ser mejores para él en un futuro. Y estudiar es una de ellas. El que no lo consigue ha fracasado como padre. Así que cuando castigan a su hijo, también tendrían que asumir parte de la culpa.

Y es ese punto el que a muchos padres les cuesta reconocer de puertas para afuera. Les cuesta reconocer que no han sabido educar a sus hijos, que no han sabido aportarles cultura y puntos de vista diferentes, que no han sabido motivarles en el estudio y en el placer que supone conocer cosas nuevas, absorberlas y aplicarlas a nuestra vida diaria.

Y lo que es mucho más peligroso: echarle la culpa al Estado por no haber sabido educar a su hijo. Que su hijo es un “quinqui” porque en su colegio no le enseñan bien. Que su querido y adorable muchachito no es así. Que es el colegio el que le hace hacer esas cosas. Que son los profesores los que tienen que encargarse de la educación de sus hijos.

Esos padres no merecen ningún respeto, porque olvidan que son ellos los primeros que tienen que educar a sus hijos. El colegio añade datos, conocimiento. Pero las buenas personas, la gente con inquietudes, se hacen de puertas para adentro. El otro día oía a una madre quejarse porque a las puertas del colegio de su hijo se vendía mucha droga y que claro, “al final su hijo acababa comprando”. Papá Estado no es el solucionador de problemas sobre el que podemos descargar todas nuestras culpas. El primer educador y responsable de la educación de los hijos son los padres.

2 comentarios:

Nil Ventós Corominas dijo...

Me gusta tu entrada y estoy de acuerdo con ella. Sin embargo, hay un punto en el que discrepo.

Igual es porque no lo he interpretado bien, pero parece como si dijeras que el objetivo de los padres es conseguir que su hijo llegue a hacer una carrera, y no creo que eso sea estrictamente necesario. No todo el mundo tiene que cursar estudios superiores, sino que son los obligatorios los que tienen que ser adecuados.

Anónimo dijo...

Precisamente es eso lo que yo digo, que no es el colegio el que te hace ser educado, sino que también te añade unos conocimientos extra (por colegio entiéndase tanto la universidad como los estudios superiores). La educación de la persona crece más de puertas para adentro.