Algunas personas solemos tener varios objetos a los que atribuimos un gran valor sentimental, cierto apego o cariño que va mucho más allá del valor material de las cosas. Ciertos objetos de los que te encaprichas, algunos de los cuales pueden acabar significando algo muy valioso para una persona, ya sea por quien te lo regaló o por el pasado que ambos compartís.
Cuando se pierde, algo falta. No era más que un objeto, te suele decir la gente, "ya te comprarás otro". Pero no, hay cosas que son irremplazables, que no se pueden sustituir, que no sabes cómo las has podido perder porque en el fondo ya les habías cogido mucho cariño. Y pensar en esas cosas en manos de otras personas te da escalofríos. Es tuyo, y sólo tuyo. Nadie más puede tenerlo, porque aquel que lo tenga no sabrá quererlo de la misma manera, simplemente lo verá como "una cosa".
¿Y a qué viene todo esto? Nuestra amiga, conocida y particular compañera, Ane Rotaeche, ha perdido su iPod. No sabe si lo ha perdido o si, por culpa de una relación intempestuosa, se ha marchado con otra. El caso es que lo echa de menos.Fue visto por última vez ayer por la mañana, hacia las 14 horas, delante de la puerta de Arquitectura, en el muro de la verja al lado de la salida y entre Comedores Universitarios.Dijo que se iba a por tabaco.
El aparato en cuestión era de 8 gigas, azul, pequeño y dentro había un tesoro: Extremoduro, Quique González, Vetusta Morla, Los Piratas, Russian Red... Como es lógico, nadie puede ser privado de esos placeres acústicos. Ninguna oreja bien acostumbrada a la buena música se merece todo esto.
Si sabes algo del tema, háznoslo saber. Y por favor, te pedimos que hagas el esfuerzo de volver a leer los grupos. ¿Ya? Sí, has leído bien, Quique González. Y sí, lo sé, todo el mundo debería poder escucharlo.
martes, 17 de marzo de 2009
Wanted
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3 comentarios:
Hola:
Lo primero, gracias por mencionar mi terribe pérdida en onomatopeyistas, es todo un placer.
Y sí, estoy contigo, un "simple objeto" puede significar mucho. Puedes cogerle mucho cariño, puede ser tu pequeño tesoro. Y sólo la idea de que esté en manos ajenas, que por supuesto no lo sabrán valorar como tú produce eso, escalofríos y bastante rabia.
Son esos objetos que piensas que aunque puedas reemplazarlo, ya no será "lo mismo", ya no será ese del que te habías encariñado y con el que habías compartido tantos momentos. ¡Ays! Voy a dejarlo ya que me voy a poner hasta "moñas"...
Pues eso, por favor, mi oreja se merece volver a reencontrarse con su fiel compañero de viajes etc etc.
Un saludo,
Ane, la que ahora vive sin su querido y preciado i-pod.
Me llena de orgullo y satisfacción comunicar a todos los lectores que el ipod ha aparecido esta mañana.
Muchísimas gracias por tu colaboración en la búsqueda, oh, José Miguel.
Estoy convencida de que no ha sido ni cuestión de suerte ni un milagro, sino las pequeñas acciones de mucha gente todas unidas.
Nunca desestimes el poder de un click.
Un saludo,
Leire, la que nunca ha tenido ipod y sobrevive con un mp3 de 1 giga perfectamente.
Yo tengo uno de 512MB y aquí estoy, oiga.
Enhorabuena, Ane.
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