lunes, 25 de agosto de 2008

HOW


La bailarina bailaba ante el público. Era un fuego rodeado de sus cenizas.

Cómo hipnotizaba su cuerpo, del que parecía salir aquella música de serpientes,
cómo hacía evadir la modernidad y lo reducía todo a un Karma,
cómo trasladaba a otro universo,
cómo fluía al verla, pero no se la veía porque fluía como el aire,
cómo su vientre era una mirada poderosa y sus ojos se clavaban en las entrañas,
cómo era el centro de atención fuerte y consistente,
cómo arrancaba la intimidad de las cenizas y la ponía en evidencia,
cómo de ella surgía el exotismo de la ironía, de que su belleza a todos los podía,
cómo era un jungla de movimientos y una selva de contorsiones,
cómo ponía en la punta del sufrimiento a quien pasaba sus ojos por sus ojos,
cómo daba vida a la muerte y muerte a la vida;
Cómo su hermosura se convertía en emperatriz del Averno y el Edén.

Y cómo delante de ella un escritor, cayendo sobre la mejilla de la pared, comenzaba a morir de una recién nacida melancolía.

0 comentarios: