El Padre Apeles es un cura que copó la escena mediática de la década pasada. Hombre formado y culto, se movía tan bien detrás de un altar que de una cámara, además de ser detective privado, cual Philip Marlowe con sotana, abogado, periodista y escritor. Aunque ahora aunque ya se ha retirado un poco, todavía recuerdo cuando se lo pasaba en grande con Sardá en aquellas noches marcianas.
Me ha venido a la memoria su negruzca figura al saltar a la arena otro Apeles. En este caso, Apel·les. Se trata ni más ni menos que del hermano de Carod-Rovira, cuyo nombre, con esa ele tan marcada, será de fácil pronunciación, como gusta a Josep-Lluís, en la China Popular. Pero no en Pequín, sino en París será donde le envían: delegado de la Generalitat. Según La Vanguardia, si se le otorga al mismo rango que al delegado en Berlín, tendría un sueldo de 87.596’86 € brutos al año, equiparable a un director general. Por todos es conocida la importancia de estas delegaciones, es más, hay quien dice que se ha visto más de una vez a la señora Angela Merkel comiéndose un buen bocadillo de pa amb tomata i botifarra en esas “embajadas” de la Generalitat. No espero menos del nuevo enviado para que atraiga a la primera dama francesa en el mundo cultural catalán, a ver si dentro de poco se podrá oir cantar la Santa Espina en el Elíseo.
Dicho sea de paso, Apel·les tiene una gran semejanza con el intérprete estadounidense Wilford Brimley. Se trata del señor que encarna al malo malísimo de la película La Tapadera, donde Tom Cruise entra en un bufete de abogados que huele a secta por todos los lados. El señor que se parece a Apel·les se encarga de que Cruise no se entere de nada usando el chantaje, la extorsión, la amenaza, e incluso llega a la violencia. Al final de la película se muere (siento chafaros el final). También es el padre de Kevin Kline en la genial In&out.
Este no es un caso aislado dentro de la Generalitat. Los Maragall (el ex- President y el actual consejero de Educación), los Nadal (Manel Nadal, secretario general de Movilidad en el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas, dispone de cargo en la consellería de la que es titular su hermano, Joaquim Nadal), los Pujol (uno de los hijos de Jordi es diputado en el Parlament de Catalunya), y ahora los Carod-Rovira. Con ánimo de ofender, hay quien ya habla de nepotismo.
Habrá que esperar a ver el papel del hijo de Chacón.
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